Antonio F. Marín: Braguitas (y 2)

6 de abril de 2014

Braguitas (y 2)

«La vida es demasiado importante para ser tomada en serio», según nos recomendaba Oscar Wilde, pero algun@s parece que no lo comprenden porque tras confesar por aquí que una chica me puso sus braguitas, me han dicho de todo, incluso bonita. Lo que no saben es que no ha sido sólo una chica, sino varias. No sé, me tienen manía. A mí que me registren.

Y encima luego se quejan, de vicio, y te las quitan. «Es que me las ensanchas», te reprochan carilargas. Pues cómpratelas más grandes, les sugieres para quitarles la pesadumbre. Pero no te hacen caso y te aconsejan que busques que te quieran por tu inteligencia y no por tus braguitas, por eso siempre me he llevado a la cama una enciclopedia, un compás y una regla de madera, pero ellas creían que era para azotarme el culito. Son muy perversas.



No sé si he contado por aquí que cuando era pequeño jugaba con muñecas. Las ataba a un paracaídas y las tiraba desde la terraza. También le robaba las bragas a la tata porque sabía que las chicas entraban gratis en la discoteca y las invitaban a copas. Así que sumé dos más dos, me salió cuatro y supuse que si le enseñaba las braguitas al portero entraría gratis y los tíos me invitarían. No me equivoqué.

Salí de allí borracho y corriendo porque los tíos me perseguían. Todavía no sé si para meterme mano o para darme de hostias, pero imagino que fue para meterme mano porque ya se sabe que los tíos son todos unos babosos que siempre piensan en lo mismo.

No buscan el amor como un servidor que se emocionó al leer que dos ancianos de Valencia habían fallecido a la misma hora tras 54 años juntos. Pasaron la noche cogidos de la mano y murieron con minutos de diferencia. Su hija aclaró después que los dos preguntaban constantemente como se encontraba el otro y no pensaban en su propio estado, sino en el de su pareja. Hasta aquí una noticia que enternece y da mucha envidia. Morirte así, junto a la mujer que amas después de muchos años de feliz convivencia.

Yo quiero un amor como este pero es imposible porque dicen que para encontrar novia hay que buscar en ella valores comunes que se puedan compartir, y es cierto, pero dónde encuentro yo una chica que sea adicta al sexo. Me siento muy solo. No tiene uno la suerte de la actriz Susan Sarandon que con 67 años lleva más de tres saliendo con Jonathan Bricklin de 36. Le lleva sólo 31 años.

 Una ‘cougar’ muy respetable pero si fuera al revés te llamarían asqueroso viejo verde. «Y diréis de mí que soy un viejo verde y cascarrabias, y diréis muy bien», canta Bunbury & Vegas en «El hombre que casi conoció a Michi Panero». Pero no nos tomemos la vida en serio y aboguemos porque ellas no sean egoístas y se compren las braguitas de nuestra talla.

PD.- Dedicado con cariño a Paco Ibáñez para que se recupere pronto con una sonrisa.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza.

Mobusi