Antonio F. Marín: Braguitas

23 de marzo de 2014

Braguitas

«Cuando maquillas a los hombres siempre les lloran los ojos», según revela la maquillado Consuelo Ortiz. Pos miaque. Yo conozco a algunos que lloran, de felicidad, aunque el tanga no les tape la rigidez de la emoción. Pero creo que ella no se refiere a esto. O sí. No sé, cualquiera sabe.

A mí una chica muy traviesa me puso sus braguitas y tuve que pelearme con ella para que no me las quitara. Era muy egoísta. Las quería para ella sola. Y me las quedé por aquello de que lo que da Santa Rita ya no se quita.

Aunque no se enfadó porque se conoce que disfrutó y yo tuve el caballeroso detalle de no quedarme también con el sujetador. Es que el ‘suje’ es más complicado que lo del ‘logaritmo neperiano del número e’, sabe usted. O peor, porque según explican las expertas tienes que medir el pecho a la altura de las areolas, restarle a esa cifra la medida del tronco antes de sumarle 15 para obtener la medida de la copa. Supongamos que la medida del tronco es 75 cm -te explican-, pues le sumas 15 y obtienes tu talla: la 90. La medida de tu pecho es 90 cm, réstale 70 y obtienes 20. Tu copa es la D.



Está clarísimo, pero yo he hecho exámenes de matemáticas más fáciles. Ahora se explica porque en la Universidad hay muchas más chicas que chicos. Llevan ventaja en el cálculo aritmético. Pero ellas tienen razón: Qué jodido es ser mujer. Me quedo como hombre, lo siento, pero no está una para tanto trajín. Y además con estos pelos.

Y es que con este tiempo tan raro que hace no sabe una que ponerse, ni a qué atenerse, porque llega el cantante Miguel Ríos y sugiere que se penalice el incumplimiento de los programas electorales. Pistonudo, verdad usted, aunque la iniciativa puede ser cuestionable porque si llevas en tu programa la construcción de un paseo en Gamonal (Burgos) y te lo paralizan los vecinos, no sabemos si habrá que penalizar al alcalde o a los que lo impiden.

"No voy a dejar de creer en la música porque algunos músicos desafinen", ha añadido el cantante en alusión a la corrupción. Quiere decirse que sigue creyendo en la política y en los políticos, aunque algunos la deshonren. Y tiene razón. No todos los políticos son iguales (o corruptos), y la inmensa mayoría son honrados. Yo he llegado a conocer alguno que es listo. Descalificar la política y los partidos no trae la romántica anarquía, sino el fascismo de extrema derecha que cunde por Europa. Nos viene el populismo y la demagogia porque los políticos que disfrutamos no son unos ilustrados de esgrima oratoria como en tiempos de Castelar.

De aquella época creo que procede la anécdota sobre un diputado que en el Congreso le dijo a otro que se había enterado de que llevaba bragas. «Tiene usted una mujer muy indiscreta», le respondió el aludido con fino sarcasmo dialéctico. Pues eso. No llores si te maquillan que es de chicos, sin braguitas.

Columna publicada en el periódico El Mirador de Cieza. 

Mobusi