Antonio F. Marín: Jardiel Poncela y mi padre (19)

11 de julio de 2015

Jardiel Poncela y mi padre (19)

Mientras seguimos con la limpieza y ordenando todos los trastos y baúles de la cámara, me he encontrado un libro de Enrique Jardiel Poncela, Amor se escribe sin hache, firmado por mi padre.

Jardiel es autor del humor del absurdo que la abuelita Cebolleta alcalde de Madrid quiere quitar del callejero. Por franquista. No lo sé, pero él era un genio y ella no. Y ya nos advertía Jonathan Swift de que cuando aparece un gran genio en el mundo se le puede reconocer por esta señal: todos los necios se conjuran contra él.

Como Pla, Cela, Torrente Ballester, Agustín de Foxá, Dalí, Miguel Delibes... En realidad lo que pretenden es suprimir a los que son más inteligentes que ellos. Envidia cochina. Por cierto, pischas, hay muchos genios en Francia que colaboraron con los nazis y allí los siguen respetando como  Coco Chanel, Celine, Edith Piaf, Jean Cocteau o Maurice Chevalier. Todos ellos eran filonazis y se les sigue considerando porque lo que importa es su obra, no la ideología que les tocó
vivir. 

Agustín de Foxá, Wenceslao Fernández Flores (El bosque animado),  Dalí, Delibes y otros artistas  callaron y convivieron con el franquismo, no se exiliaron, pero tampoco lo hicieron los padres de muchos que ahora son comunistas. Y me callo porque no quiero herir sentimientos de algunos ciezanos. Y Antonio Gala fue el autor más premiado por  la dictadura y ahora es rojo/rojo y anticlerical, al que no le quitan calles. Quién te ha visto y quién te ve, Maribel.

Todo me suena a don Juan Tenorio, pero no estoy seguro
Cada persona tiene su peculiar forma de ser y comprendo que hubo mucha gente que calló durante el franquismo para sobrevivir y cuando vino la democracia se reveló como de izquierdas, socialista o comunista. Es lógico. No todos podían o debían exiliarse. Y tampoco se exiliaron tantos y muchos de ellos eran muy malos escritores, como reconoció hasta Umbral ante el escándalo de los puristas Suslov de la democracia.

Pero a lo que iba. El libro de Jardiel está  firmado por él, por mi padre, pues sé que a él le gustaba mucho el teatro, interpretaba en el Galindo o Capitol muchas obras y tampoco se exilió.  Tengo fotos de él hechas por Martínez (el padre) actuando e interpretando tanto teatro como zarzuela.

Y no se perdía ripio de la literatura de humor, sarcástica e irónica como la de Wenceslao Fernández Flores cuya lectura  me marcó para el resto de mi vida literaria. No he encontrado el libro El bosque animado, pero sé que está por ahí pues lo leí cuando era muy joven y me impresionó. Y aparecerá por los baúles de las cámaras, pero  hojeando ahora Amor se escribe sin hache de Jardiel, me he fijado en una frase que me ha explicado muchas cosas.
Es un hombre guapo. Me gusta. Pero conviene, después de habérselo concedido todo, negárselo todo también. Para que esto le excite y le exalte. Y para que se vuelva loco por mí, y me desee, y me busque, y empiece a ser mi esclavo. Y conviene decirle que no nos veremos ya más para que él haga por verme a todas horas.
Me he detenido en esta frase del protagonista, ya digo,   porque eso es precisamente  lo que siempre me han hecho a mí las chicas. Ahora lo comprendo todo. Qué pícaras, por no decir otra cosa más fuerte. Así que era eso... Pues vaya.

Pero es curioso que Jardiel Poncela lo descubriera en 1929 (hace 86 años) y yo me acabe de enterar. Me cosco ahora de sus tácticas, estrategias y manejos para joderte y cazarte. Son así, de....(empieza por zeta).

(Cieza, Diario de un  dromedario. 11 de julio)

Mobusi